sábado, 26 de marzo de 2011

Monstruo...

La soledad, la angustia por su pesar, la rabia desencadenada con cada mirar. Destrozado y hundido, fundido en mi abrigo, fusilado por mis seres queridos. Aislado, la furia de mi alma se calma cuando aquellas palabras rozan con tu pasividad desalmada.El monstruo de mi interior pretende despertar, y mi corazón no lo deja escapar. La lucha interna de mi interior me mata, pero no la puedo calmar.

Ahora, malvado final es el que me espera, y es que nada ni nadie puede calmar, al demonio que despertará dentro de mi más profunda oscuridad...

viernes, 25 de marzo de 2011

El ser humano

Acariciando mis sentidos está, alejado de nuestro alcance lo mejor que le pudo pasar. No sabe lo que perdería si se acerca, y es que el ser humano es destructivo, aniquila lo bueno y ayuda a lo malo. La avaricia nos corrompe, nos hace ser malvados, irónicos y despiadados. Deseamos lo que no tenemos, añoramos lo que perdemos, nuestra hipocresía crece con cada palabra, nuestro ego aumenta sin mediar palabra.
Nos adentramos en la soledad, la maldad nos acecha en cada esquina. Escribimos en las paredes con la sangre de nuestros seres queridos, y ahuyentamos la luz del nuevo mundo que nos libre de tanto mal. Nuestro ataúd está preparado, la sociedad morirá, y sólo los fieles de corazón se librarán de la masacre que los mayores están por crear...

jueves, 24 de marzo de 2011

Paisajes muertos...

Paisajes sin aliento, desorientados pensamientos, padezco el silencio, muriendo entre cemento. No aparezcas en mis recuerdos, quiero verte morir junto a mis sentimientos...
Asomado en mi letargo, despertando en silencio amargo y desesperado. Pasillos alejados de la mano de un acertado flechazo, donde el ahogo se hizo presente tras aquel balazo. Perdí mi alma, mi calma, la caida fue muy dura en aquel descampado. Mi asesino fue despiadado, destrozando mi cuerpo con su vil arma de fuego, sin remedio, perdí mi último aliento bajo la sombra de la luna de Enero.

Los caminos se abren...

Su mirada se levantó del suelo, alzó las manos al cielo y abrió los océanos. Describo el inicio del reencuentro con el creador de los cielos, delfuego eterno y de la destrucción total del hombre en su ente completo.
Parecía aislado en la soledad, desesperado sin parecerlo alejado del etéreo silencio que quemaba sus adentros. Mantenía la mirada en el cielo, las manos elevadas no se cansaban ni desistían de su intento.
El mar se abrió, se destruyó, se liberó la calma perdida y el camino se mostró ante ellos. Atónitos caminaron, despacio pero deprisa. Miraban a todos lados, perdidos, anonadados, con los Romanos persiguiendo la estela de aquellos esclavos que exclamaban la libertad sin hablar.